
Tristeza: Diosa negra a la que tantos textos se entregan, fuente de desaparición y dolor, pero también de inspiración; los mejores poemas, los mas tiernos y desgarradores hablan de ti. Fruto de ese llanto pausada, que corroe y quema, que nos aletarga y nos impide pensar, esa es la tristeza, a la vez fría y cálida, indiferente a nadie, común a todos, que nos une y nos separa. Te inunda de improviso, te hace temblar o levantarte, es imprevisible su llegada, como lo es la reacción ante esta. Tan frecuente en la adolescencia que se convierte en compañera reconocida, y como Françoise Sagan dijo, acabas saludándola por su nombre: Buenos días, tristeza.
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