IMPORTANTE

Yo no soy la protagonista de la historia, tome el nombre de ella, no le di el nombre por mi. Además no soy la única autora, esta historia fue escrita en colaboración con mis dos grandes amigas Fama y Oro. Queda totalmente prohibida la copia o reproducción parcial o completa de esta sin el premiso explicito de alguna de las autoras.

viernes, 12 de junio de 2009

Capitulo 7

La fortificación de piedra se levantaba como un gran monstruo amenazador. Los soldados hacían guardia en las enormes puertas, las gemas rojas de sus frentes brillaban ante la luz del día.
En la ventana más alta del castillo se dibujaba una escalofriante figura, la cual pertenecía a una mujer de presencia imponente y claras dotes de mando. Se encontraba en una habitación sobriamente decorada, algunos tapices ornaban las pareces, un trono de hierro presidía la sala.
Sus dedos nerviosos golpeaban continuamente el alfeizar de la ventana, aguardaba con impaciencia a uno de sus hombres. Aquel día vestía una ajustada maya negra cubierta por una vieja capa que desprendía un olor especiado, una mezcla entre vainilla, azahar y eneldo. Sus ojos blancos como la nieve carecían de iris dándole un aspecto fantasmal acrecentado por su huesuda nariz aguileña.
La puerta se abrió de improviso, al girarse se encontró a uno de sus soldados el cual le aviso de la llegada de su mensajero.
-Dile que pase- respondió la señora con voz fría.
Ante ella se presentó un joven de unos veinte años, complexión fuerte y ojos azules, retiro la capa que cubría su cabezaza dejando ver su cabello rubia.
Le dedicó una leve reverencia a su señora.
-Fercuns- grito esta –déjate de protocolos y cuéntame de una vez lo que a pasado- el rostro de joven se oscureció, se movió notablemente nervioso dejando ver un tatuaje en el cuello, el cual representaba una runas en un lenguaje solo conocido por los Zanoc, los asesinos de La Dama de las gemas, en este mismo tatuaje se distinguía un pequeño brillante blanco.
Tras unos segundos que se hicieron interminables los labios del joven se despegaron.
-Se ha escapado- dijo con voz firme.
-¡¿Qué?!- las manso de Mayen se crisparon sobre su capa morada -¿Me esas diciendo que ese maldito militum esta suelto?- No hubo respuesta par una pregunta que se contestaba sola –Encontradlo inmediatamente, y quiero ver al responsable de esto de inmediato.
-Eso no será posible mi señora- hizo una pequeña inclinación de cabeza y continuo- La capitibus encargada murió a manos de los militum que acudieron a rescatar a su compañero.
Mayen se levantó , mas nerviosa de lo que ya estaba y con la cara roja de furia –malditos militum- murmuro entre dientes, los cuales mantenía apretados, al igual que los puños.
-Pero mi señora, lo recuperaremos, no se preocupe- Se justifico Fercuns- Volveremos a capturarlo y esta vez lo mataremos- su voz sonó firme y segura.
-Fercuns- dijo Mayen- sabes que no es tan fácil- dicho esto se dejo caer en su trono.
De todas formas deja esa tarea para los capitibus, hay algo más importante de lo que quiero encomendarte- espero la reacción de Fercuns y continuo- ¿Conoces a Las Gemelas Opuesta de Arbolem?

-Sí, mi señora- asintió el guerrero- he oído habar de ellas.
-Entonces- prosiguió Mayen –sabrás que una llamada Larizaide vive en el imperio de Falud, y la otra Carizaide en el imperio de Locesad, aunque ambas nacieron en una ciudad de Amved.
-Si mi señora, conozco la historia.
-Bien, pues al estar cada una en un continente y tener la capacidad de comunicarse entre ellas, y con las plantas del Imperio Del Mar Verde, suponen una conexión continua entre los tres imperios-
-Claro mi señora, yo escuche que nadie sabe cual es la causa de ese don, son totalmente únicas- hubo unos segundos de silencio, y Fercuns continuó seriamente –Pero no entiendo que tiene que ver con nosotros.
-Todo- se apresuro a decir Mayen- tu misión es la de acabar con Larizaide, sin ella se acaba la comunicación entre imperios, y esto nos ayudara a terminar con los militum y el resto de rebeldes- después de decir esto esbozó una sonrisa maligna, y al imaginar todo Quarber suyo olvido la perdida del militum.
-¿Y la otra gemela?-
-Una vez muerta su hermana no nos supondrá ningún problema, aunque… -sonrío de nuevo- también morirá, no seas impaciente Fercuns.
-Mi señora se ara como usted desea-
-Sí lo se- Mayen lo miró esta vez a los ojos y Fercuns por muy extraño que pudiera parece no sintió rechazo ante tales ojos, al contrario, había algo en ellos que lo embelesaba. –Pero confío en que seas tu quien la mate, y quiero que me traigas su cuerpo sin vida, por curiosidad de ver si tanto se parece a su hermana- hizo una pausa y miró hacia la ventana- Nada más Fercuns, puedes marcharte-.
-Si, mi señora- el guerrero se encamino hacia la puerta- No le fallaré- añadió mientras salía.
-Así lo espero- pensó Mayen en voz alta una vez sola en a habitación- Avanzamos lentamente y no paramos de equivocarnos- Cerro los ojos y los volvió a abrir lentamente mientras una sonrisa picara brotaba en sus labios grises – Y algo me dice que pronto tendremos visita.

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