IMPORTANTE

Yo no soy la protagonista de la historia, tome el nombre de ella, no le di el nombre por mi. Además no soy la única autora, esta historia fue escrita en colaboración con mis dos grandes amigas Fama y Oro. Queda totalmente prohibida la copia o reproducción parcial o completa de esta sin el premiso explicito de alguna de las autoras.

domingo, 14 de junio de 2009

Capitulo 9

En un lago de claras aguas situada en un lugar de La Tierra Neutra, una joven de unos dieciocho años, ojos azules y cabello rizado jugaba en la orilla, con cada movimiento de su mano en el agua brotaba un nueva corriente sin origen aparente. Los bajos de su vestido azul se fusionaban con el líquido y no se podía distinguir donde terminaba la muchacha y comenzaba la naturaleza.
Unos pasos a su espalda la hicieron salir de su letargo. Al girarse e encontró con la presencia de una chica de su edad, en sus ojos se mezclaba el verde y el marrón en una unión perfecta. A sus pies las flores brotaban como si fuese primavera.
-Necami- llamó, su voz recordaba al susurro del viento en los árboles.
Su amiga la miro y le sonrió, tras ella el agua se agito levemente.
-Dime Fafany- respondió.
-Deberíamos reunirnos con el resto, Ambel dice que el viento le ha traído un mensaje, los militum nos necesitaran pronto.
-Vamos pues- y comenzó a correr como lo harían las aguas agitada de un torrente en un día de lluvia.

Mientras, no muy lejos de allí una joven levitaba, escuchando mensajes que nadie parecía percibir.
-Vamos Ambel ¿Qué dice?-
Otra chica se movía de un lado a otro totalmente nerviosa, sus ojos de un rojo intentos observaban a su compañera sin pestañear, de sus maños saltaban pequeñas chispitas que bailaban inquietas.
-Ambel, venga habla-
Su compañera la miro un instante y comenzó a descender hasta que sus pies desnudos tocaron el suelo.
-Tiubi como pretendes que escuche algo si no te callas-
-Lo siento-
-Además lo estas volviendo a hacer- dijo refiriéndose a unas leguas de fuego que brotaban de sus pies.
-Uy perdón- se disculpo mientras el fuego desaparecía.
-¿Dónde están las otras?-
-Fafany ha ido en busca de Necami y pronto estarán aquí.
La primera asintió, y volvió a elevarse en el aire, mientras su vestido blanco ondeaba alrededor de su cuerpo y se concentro de nuevo en ese mensaje que le traía el viento.
{Viene, el viene, un militum, ayuda}
Algo la cogió del tobillo y tiro de ella hasta dejarla en el suelo, cuando se le paso el susto inicial se dio cuenta de que era la rama de un cedro que Fafany acababa de hacer crecer de la nada.
-Bonita forma e hacerme perder la concentración- se quejo Ambel levantándose del suelo.
-No es nada- contesto su compañera con una sonrisa burlona –Tendrías que ver mis cerezos en flor, son preciosos.
-Bueno chicas- interrumpió Necami -¿Qué has averiguado Ambel?-
-Según el viento un militum nos está buscando, necesita nuestra ayuda.
-¿Cuándo aprenderán que es imposible encontrar a las Caces?, a no ser que ellas te busquen- Rió Tiubi.
-Pues hagamos que nos encuentren- concluyo Necami.
Todas rieron, y comenzaron a correr como lo que eran esencias libres, libres como los elementos.

Júgik caminaba con paso cansado, cinco días atrás había salido de la Alda Limus, a los dos días de su partida llego al campamento militum, después de descansar un poco tuvo una reunión con Kenta, y le transmitió la petición de Naidí, este le dijo que lo pensaría, y le pidió que fuese en busca de las Caces para que cuando Onem, uno de los nuevos militum, llegase ellas estuviesen preparadas para sanar su brazo el cuál se había fracturado a causa de una caída. Y así lo había hecho, ahora se encontraba a un día del campamento, en medio del gran desierto en el que se había convertido La Tierra Neutra. De repente las vio aparecer, eran totalmente inconfundibles, cada una brillaba con una luz especial, eran aparentemente tan delicadas, pero con un cierto aire salvaje que realzaba aun más su belleza. Cuando llegaron junto a él pararon en seco y lo miraron de forma picara, mientras dulces sonrisas brotaban de sus labios. Tiubi tomo la palabra.
-¿Nos buscabas militum?- Su voz sonó suave y calida.
-Sabéis bien que sí- respondió Júgik con otra sonrisa.
-Oh Júgik, cuanto tiempo- dijo Fafany.
El asintió de forma lenta y melancólica.
-¿Y qué quiera ahora ese pesado de kenta?- Pregunto Necami, las cuatro rieron.
-Necesita que dentro de cuatro días cuando los nuevos militum lleguen estéis en el campamento, uno de los chicos está herido.
-Allí estaremos- concluyo Ambel.
-Bueno, yo me marcho ya, si no me anochecerá antes de llegar al campamento- se despidió Júgik, las cuatro asintieron y entre sonrisas se esfumaron por donde habían venido. Júgik pensó que tras su aspecto de mujeres eran autenticas niñas, se dio la vuelta y comenzó su regreso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Quarber